El paro convocado por el sindicalismo argentino despertó críticas por su impacto económico. Mientras el gobierno estima pérdidas millonarias, algunos analistas consideran que el efecto real podría ser menor.
El paro general convocado por el sindicalismo argentino, el segundo durante el mandato de Javier Milei en cinco meses, se estima que generó pérdidas significativas tanto para las empresas como para el Estado, según cálculos realizados por el Poder Ejecutivo y entidades privadas.
El equipo económico liderado por Luis Caputo calcula que, tomando en cuenta el Producto Interno Bruto (PIB) mensualizado y suponiendo una adhesión razonable, el costo diario del paro alcanzaría los USD 520 millones.
Desde el Gobierno, atribuyen la responsabilidad del paro más a los movimientos sindicales que a los trabajadores, tratando de minimizar su impacto al calificarlo de “débil”, señalando el movimiento observado principalmente en el centro de Buenos Aires y la apertura de locales.
Por otro lado, desde el sector privado también se han realizado estimaciones sobre el costo del paro. Un informe elaborado por el economista Fausto Spotorno junto con la UADE señala que el costo económico del paro del 9 de mayo de 2024 rondaría los $489.272 mil millones o USD 544 millones, equivalente al 1,1% del PIB mensual o al 24,3% de la producción diaria estimada.
Este cálculo considera que no todos los sectores y regiones sufrirán pérdidas por igual durante el paro y que aproximadamente el 20,1% de lo perdido inicialmente se recuperará dentro del mismo mes. Los sectores más afectados serían los servicios sociales, la educación y las industrias manufactureras, donde el ausentismo es más pronunciado y la redistribución de la producción es más difícil.
Por último, el Estado también sufriría pérdidas en la recaudación de impuestos, estimándose un recorte de aproximadamente USD 89 millones durante la jornada de paro general.