Javier Milei se prepara para reunirse con el Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, en la Casa Rosada, seguido de su participación en la CPAC donde podría coincidir con Donald Trump. Los encuentros podrían tener implicaciones políticas significativas en medio de la tensión entre Biden y Trump.
Javier Milei recibirá este viernes a Antony Blinken en la Casa Rosada y veinticuatro horas después compartirá escenario político con Donald Trump, el posible candidato republicano que intentará vencer a Joseph Biden en las próximas elecciones de los Estados Unidos.
La administración demócrata ha respaldado a Milei desde antes de su asunción, mientras que Trump tiene una fuerte sintonía ideológica y personal con el mandatario argentino.
A pocos meses de las comicios presidenciales, donde Biden y Trump se juegan su destino político, la agenda flexible de Milei anima a los republicanos y causa un profundo malestar en el Ala Oeste de la Casa Blanca.
Antes de viajar a Washington como presidente electo, Milei había planificado una escala relámpago en La Florida para mantener un encuentro con Trump. Pero el embajador de los Estados Unidos en Argentina, Marc Stanley, sugirió que ese detour fuera cancelado de la agenda del presidente electo. Milei escuchó los argumentos -pura realpolitik- y sólo visitó New York y DC.
Biden considera que Trump avaló la irrupción al Capitolio para trabar su reconocimiento como futuro presidente de los Estados Unidos y siempre ha condenado su posición respecto a la igualdad de género, el cambio climático, la guerra que desató Rusia contra Ucrania y el papel de la OTAN en la seguridad global. En este contexto, una foto de Milei con Trump, o siquiera una reunión informal a puertas cerradas, serán consideradas un casus belli para la administración Biden. Y esta definición implica que Argentina perdería sostén geopolítico en la Casa Blanca cuando la pobreza se incrementa, la inversión directa no llega, los mercados continúan inestables y la economía todavía no despega.
Milei conoce esta compleja situación entre Biden y Trump, pero igual decidió viajar a Washington este viernes para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC). Trump hablará el sábado 24 de febrero a las 12.00 (hora local), y Milei tres horas más tarde.
El presidente asegura que no tendrá una reunión formal con Trump, y tampoco fijará posición política frente a las próximas elecciones en los Estados Unidos. Milei comentó a Infobae que prepara un discurso técnico que exhibirá su perspectiva sobre los mercados, los monopolios y las regulaciones que se imponen desde los estados.
El embajador Stanley utilizó un backchannel para transmitir el posible malestar de la Casa Blanca, si finalmente Milei se saca una photo opportunity con Trump o se reúne en secreto durante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
El presidente respondió que no tenía pensado protagonizar un cónclave con el expresidente republicano, y que no daban los tiempos para tener un foto con Trump.
Esa respuesta personal de Milei, que finalmente destrabó la visita de Blinken a la Argentina, ahora está sujeta a un cambio de horarios. Cuando el presidente descartó la foto o la reunión, Trump hablaba a las 11.00 (horario local) y él cuatro horas más tarde.
Pero la agenda de la CPAC cambió, y ahora es probable que el líder republicano y el presidente argentino se crucen durante cumbre de los conservadores republicanos. Trump haría su discurso a las 12 y Milei a las 15 (horario de Washington).
Si así fuera, no se podría descartar una foto entre Milei y Trump: se tienen afecto personal y coinciden sobre asuntos clave del tablero internacional. Por ejemplo: la inexistencia del Cambio Climático, que para Biden es un tema de preocupación constante.
Milei viaja a la CPAC este viernes en un vuelo comercial que hará escala en Miami, y antes de ese raid de cuarenta ocho horas al corazón del pensamiento conservador, se encontrará con Blinken en la Casa Rosada. Desde la gestión de Mauricio Macri que un secretario de Estado no llegaba a Buenos Aires para tratar los intereses de Washington en América Latina.
“El secretario Blinken se reunirá con el Presidente argentino Javier Milei para dialogar sobre asuntos bilaterales y globales, incluyendo el crecimiento económico sostenible, nuestro compromiso compartido con los derechos humanos y la gobernabilidad democrática, los minerales críticos, y la mejora del comercio y la inversión en beneficio de ambos países”, sostuvo la gacetilla oficial de la Embajada de Estados Unidos para anunciar la agenda del responsable de la política exterior de Biden.
Detrás del wording diplomático, la Casa Blanca está preocupada por la ofensiva de China en América Latina, las acciones del grupo terrorista Hezbollah en la Triple Frontera, la aplicación del plan de ajuste económico y la estrategia del gobierno respecto a minerales e insumos energéticos que son claves en el actual tablero internacional.
Milei comparte las mismas preocupaciones que Blinken, y el diálogo fluirá sin inconvenientes geopolíticos.
Pero Biden, como Trump, ejecutan la política como un ejercicio de suma cero. Una foto del presidente en la CPAC junto al posible candidato republicano podría dañar las actuales relaciones diplomáticas con Estados Unidos.