En Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, una mujer vivió una pesadilla cuando motochorros le robaron su auto y tuvo que escapar con su hijo en brazos. La ola de inseguridad sigue creciendo y no hay respuesta de las autoridades municipales.
Una vez más, La Matanza fue escenario de un hecho delictivo que tuvo como protagonista a dos motochorros, quienes le hicieron vivir una pesadilla a una mujer y su pequeño hijo de 4 años. Los delincuentes abordaron a la víctima, quien tuvo que abrazar a su niño y salir corriendo luego de vivir segundos de terror mientras veía como se llevaban su camioneta.
Cabe mencionar que si bien el episodio tuvo lugar el pasado domingo a las 19:15 horas, tomo relevancia en las últimas horas. En concreto, los ladrones abordaron a la víctima en la intersección de las calles Bermúdez y Thames, quien volvía de un centro de salud cercano donde llevó a su hijo y estacionó frente a su domicilio de sus padres.
En ese momento, los dos delincuentes a bordo de una moto y en contramano interceptaron a la mujer. Las cámaras de seguridad privadas de la zona registraron toda la secuencia: uno de los ladrones se baja del rodado y sorprende a la víctima cuando intentaba bajar de su camioneta, ella logra agarrar a su hijo y huye con él en brazos, mientras los motochorros se van con el vehículo.
En dialogó con TN la mujer, haciendo referencia a su hijo, expresó: “Lo que más me importaba era sacarlo a él”, y relató que “en el momento en que vienen y frenan al lado atiné a cerrar la puerta, imaginé que se querían meter adentro de la casa de mi mamá donde estaba toda mi familia, pero la fuerza de él no me permitió poder cerrar, la abrió y empezó a gritar ‘bájate del auto’. Yo grité ‘déjame bajar al nene’, lo abracé y bajamos juntos, le di la llave y cuando subimos a la vereda vi que le costó arrancar la camioneta pero arrancó y se fue”.
“Me pasó de todo por la cabeza, solamente quería agarrar a mi nene, estar abrazados y bajar juntos“, sostuvo la mujer e indicó que no llegó a ver si los delincuentes tenían un arma pero que si notó “un bulto” cuando forcejearon antes del robo.
La víctima, que vive en el partido de Morón, relató que fueron 30 segundos de terror y que lamentablemente tiene todo un protocolo establecido para cuando tiene que bajar de su vehículo tanto en su casa, como en el domicilio de sus padres.
“Cuando es de noche apago las luces antes de llegar y no pongo balizas, pero ahí eran las 7 de la tarde y no podía no poner balizas, para mí vieron las luces y fue al voleo”. A los nenes les digo ‘apenas llegamos bajamos del auto rápido, no se queden dentro, entramos rápido’. Tienen re asumido que hay que bajar rápido, es horrible vivir así”, explicó.
Al finalizar su relató, remarcó: “Es una vergüenza vivir así, no poder estar tranquilos. Eran las 7 de la tarde y no se puede estar tranquilo en ningún lado y menos en La Matanza. Todos los días escuchamos que a alguien de Villa Luzuriaga le pasa algo”.