Tanto en la política como en el círculo rojo se encendieron las alarmas por la concentración inédita de poder del candidato radical, que avanzó sobre la Corte, el Procurador y todos los organismos de control.
En Mendoza preocupa la inédita concentración de poder que logró acumular Alfredo Cornejo, que vulnera la tradición de una provincia acostumbrada a ciertos equilibrios institucionales. El radical intentará volver a ser gobernador en las elecciones de junio, pero ya está exhibiendo un manejo muy autoritario del poder, según confirmaron tanto empresarios como dirigentes políticos de Mendoza.
El ex presidente de la UCR nacional asumió en 2015 al frente de la provincia de la que sigue siendo el jefe político. Rodolfo Suárez, su sucesor, es apenas un delfín de Cornejo, que sigue siendo el candidato favorito pese a la ruptura del macrista Omar de Marcchi. De hecho, la ruptura de su ex socio político es otro síntoma del viraje autoritario que adjudican a Cornejo.
La preocupación ya penetró al círculo rojo mendocino, donde ven con espanto que en Mendoza se reproduzca una degradación institucional como las que el propio radicalismo suele denunciar en provincias gobernadas por caudillos autoritarios como Gildo Insfrán y Gerardo Zamora.