Esta maniobra se suma al intento de cambiar una ley de Michel Temer para sumar dirigentes del Centrao y del PT a las empresas públicas.
El tema se debate con el Centrao. Lula negocia con los bloques que manejan las mayorías en el Parlamento la creación del puesto de senador vitalicio. Esto podría dar aún más poder estratégico al ejecutivo para negociar con el Senado y garantizar impunidad futura.
Fuentes parlamentarias, también aportaron que el objetivo de Lula sería “equilibrar la fuerza de la oposición, que será mayoría en el Senado y que ha equilibrado bien la Cámara”. Ante el cambio de nuevos senadores y representantes electos, el gobierno electo se apresura a equilibrar estas fuerzas negociadoras.
En paralelo, Lula continúa armando su equipo de gobierno y confirmó a otra figura de confianza en un área clave de la economía. Se trata de Aloizio Mercadante, un dirigente histórico del Partido de los Trabajadores que fue funcionario de Lula y Dilma y coordinó el programa de gobierno de la campaña.
Junto a la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, y el vicepresidente Geraldo Alckmin, fue una de las claves de la transición. Con su llegada al BNDES, Lula refuerza a su núcleo en la conducción de los diferentes resortes de la economía, como hizo con Fernando Haddad al designarlo como ministro de Hacienda, a contramano de las presiones del mercado.
Pero para poder asumir el cargo, Lula está negociando los apoyos en el Congreso para la reforma de la Ley de Entidades Estatales que impulsó Michel Temer para cambiar el requisito de no poder designar como titular a alguien comprometido en la campaña electoral o con experiencia en cargos directivos en estructuras partidarias y habilitaría la intervención política en el resto de las empresas públicas, entre ellas, la más importante Petrobras.