Katopodis es uno de los ministros albertistas puros más caracterizados, y tal vez el único único que no fue catalogado entre el grupo de los “funcionarios que no funcionan” por Cristina. Sin embargo, a la vice no le tembló el pulso al habilitar que Leonardo Grosso, del Movimiento Evita, compita por la candidatura a intendente de San Martín.
En los últimos tiempos, e incluso antes de que Cristina tomara esa determinación, el ministro de Obras Públicas recalculó e inició su proceso explícito de reconocimiento de la jefatura de la vicepresidenta. Así apareció en primera fila aclamándola en el acto del día de la Militancia, y ahora salíó a manifestarse con llamativo énfasis para un funcionario sobre su condena en la causa Vialidad, que se conocerá mañana mismo.
Sin filtro, Gabriel Katopodis afirmó: “Estamos expectantes. Está en juego cuánto se puede avanzar sobre nuestra gente”. Y a continuación llamó a “expresarse en las calles porque lo que puede pasar es grave”. Una decisión que aún no ha tomado La Cámpora, por ejemplo.
Sorprende la facilidad con que Katopodis pasó de “ser el albertismo” a pretender presentarse como “el primer cristinista”. “Entramos en un mes muy delicado por lo que va a pasar con la sentencia. Ellos tienen una receta vieja: reescribir la historia y eliminar al peronismo. Necesitan que esto se termine rápido, no van a tolerar que la economía siga creciendo y se siga recuperando el salario”, enfatizó insólitamente en el medio de la crisis más grave de la Argentina contemporánea.
Y sentenció que “lo que está en juego va más allá de un proceso judicial, es cuánto pueden avanzar sobre nuestra gente”. Olvidando la suerte que debieron correr varios ex ministros de Cristina Fernández de Kirchner, el ministro sostuvo que la vicepresidenta es “la única ciudadana argentina que tiene que probar su inocencia”. Y, citando sin nombrarlo a Amado Boudou, afirmó que “no la juzgan por lo que hizo mal, sino por lo que hizo bien”.
También Katopodis fue llamativamente crítico con la oposición, a la que descalificó por intentar “romper el acuerdo básico de la democracia que es respetar al que gana”. “Nos subestimaron, empujaron una devaluación, intentaron dividirnos pero no lo lograron y ahora encuentran un peronismo competitivo y con muchas posibilidades para 2023” insistió el ministro, a contrapelo de lo que marcan las encuestas y la mismísima realidad.
Para Katopodis, “como no pueden hablar de lo que hicieron cuando gobernaron porque lo hicieron muy mal, no les queda otra que ser muy agresivos y muy intolerantes”. Para finalmente convocar a “poner la energía en la militancia y en la unidad interna del Frente de Todos”, ya que así “la cosa se va a acomodar”.
Sabido es que, en política –y más en la Argentina- nadie resiste a los archivos. Y también debe reconocerse que Katopodis siempre fue muy cuidadoso en su relación con Cristina y el cristinismo, mas allá de formar parte del círculo íntimo de Alberto Fernández.
Pero el presidente es un cadáver político al que la sociedad ridiculiza o ignora, por lo que quienes lo rodean intentan tomar distancia para buscar el perdón y la protección de Cristina. “Juanchi” Zabaleta volvió a Hurlingham mientras Katopodis pretende ocupar un lugar a los codazos en las fotos y videos de Cristina.
Pero la manta es corta. Y, a la hora de pasar factura, la vicepresidenta no tiene compasión, salvo que su propia conveniencia indique lo contrario, tal como sucedió en los casos de Alberto Fernández o de Sergio Massa. Pero Gabriel Katopodis no parece calificar para integrar el círculo selecto de los “perdonados de Cristina”.