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La justicia peritó el teléfono de la secretaria de Alberto Fernández, María Cantero, y reveló conversaciones con más de 15 funcionarios del gobierno anterior entre los que aparecen el ex intendente de Hurlingham. Martínez Sosa, esposo de Cantero y amigo personal de Alberto Fernández, está imputado por una estafa multimillonaria a través de seguros del Banco Nación. Zabaleta afirmó ser parte de la matriz de corrupción, como “enlace”, según consta en los chats. El fiscal estima que la suma asciende a más de 3000 millones de pesos.

Los avances de esta causa complica aún más la delicada situación judicial de Juan Zabaleta, ex intendente de Hurlingham y ministro de Desarrollo Social de Alberto Fernández. Al escándalo de los “comedores fantasma” y la construcción de “barrios populares” que nunca se hicieron, se le sumó por estos días su incorporación a la denominada “causa de los seguros“. Según señaló el periodista Ernesto Tenembaum, el mismo Zabaleta reconoció haber sido el enlace entre la empresa de Seguros y los intendentes de la Provincia.

La causa de los seguros está en manos del juez Julián Ercolini, la misma investiga al amigo personal de Alberto Fernández Héctor Martínez Sosa y a su esposa Marisa Cantero (secretaria de Fernández) por corrupción a través de contratos millonarios de la empresa de “Seguros Nación” del Banco Nación. Los últimos allanamientos y peritajes revelaron entradas a la quinta presidencial sin registro en el libro de entradas y conversaciones en los teléfonos de los implicados que evidencian el desvío de fondos millonarios a través de la empresa estatal. Cantero le escribe a Martínez Sosa: “¿Tenemos los seguros de Juanchi? ¿Hurlingham?”. “Nooooo”, responde ella. “¿Tenemos los de la muni de General Rodríguez?”. “Esos sí, pero no hables del tema”.

El escándalo recién comienza y también involucra a Daniel Rodríguez, un policía retirado de suma confianza de Alberto Fernández. En la fiscalía estiman que en los años en que Martínez Sosa orquestó la arquitectura financiera de estas empresas de seguros se desviaron más de 3000 millones de pesos (una cifra que, tomando el valor del dólar de esos años, superaría los 400 millones de dólares).