El país enfrenta una escalada de violencia criminal, reflejando la creciente inseguridad que ha marcado los últimos tres años. El gobierno declara estado de excepción y toque de queda, pero la violencia persiste, evidenciando un desafío sin precedentes al Estado.
El asalto a un canal de televisión en Ecuador, perpetrado por un grupo de encapuchados durante la transmisión en vivo del noticiero de la tarde, marcó un episodio sin precedentes que puso de manifiesto un nuevo nivel de violencia en el país, que ha estado inmerso en la inseguridad y ha experimentado un aumento constante de homicidios en los últimos tres años.
La jornada comenzó con una serie de 30 actos violentos en distintas regiones del país, incluyendo secuestros de policías, motines carcelarios y explosiones de vehículos, todo ello precedido por la presunta fuga de líderes de grupos criminales de una prisión.
El asalto en vivo al canal de televisión, donde los agresores apuntaron y sometieron a presentadores y trabajadores con armas de fuego y explosivos, fue neutralizado por la policía, resultando en 13 detenidos. Aunque no se ha confirmado oficialmente la existencia de heridos.
Un día antes, el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, había declarado el primer estado de excepción y toque de queda nocturno en respuesta a la supuesta fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, líder de una banda criminal local vinculada al cartel mexicano de Sinaloa, cumpliendo una condena de 36 años por diversos delitos.
¿CUÁNDO EMPEZÓ LA VIOLENCIA EN ECUADOR?
La violencia ganó notoriedad pública en febrero de 2021 con una masacre en la Penitenciaría del Litoral, considerada la prisión más violenta de Ecuador. Este sangriento enfrentamiento dejó al menos 79 reclusos muertos y marcó el inicio de una serie de violentos choques entre bandas rivales en cárceles.
Según las autoridades, los conflictos en las cárceles se desencadenaron por la muerte en diciembre de 2020 de Jorge Luis Zambrano, alias “Rasquiña”, líder de la banda Los Choneros vinculada al narcotráfico internacional. Su desaparición provocó divisiones internas entre grupos locales que buscaban controlar su territorio.
En septiembre del mismo año, se produjo la peor masacre carcelaria, con 119 reos asesinados en distintas prisiones, algunos decapitados. En total, 18 enfrentamientos violentos dentro de las cárceles han dejado más de 450 prisioneros muertos en los últimos tres años.
La violencia en las cárceles, que las autoridades aseguran que se han convertido en centros de control del crimen organizado, permeó hacia las calles y en Ecuador se desbordaron otros delitos contra ciudadanos como secuestros, asesinatos, robos y extorsiones, colocando a Ecuador como uno de los países más violentos de la región.
El año 2023 culminó como el más violento de la historia de Ecuador, con más de 7.600 asesinatos, superando significativamente los 4.600 del 2022, que a su vez duplicaron los 2.100 homicidios de 2021.
¿CÓMO RESPONDE EL GOBIERNO?
El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, que asumió el cargo hace un mes y medio, había prometido erradicar la violencia con su plan Fénix, una estrategia de seguridad de la cual no se han revelado detalles y que, hasta ahora, no ha logrado frenar los actos violentos en el país.
A raíz de la desaparición de la cárcel de “Fito”, Noboa decretó un estado de excepción y toque de queda nocturno para movilizar a policías y militares a las calles, restringiendo derechos como la libre movilidad, reunión, inviolabilidad de domicilio o de la correspondencia.
Con el ataque al canal TC Televisión, Noboa dio un paso más y, sin explicar completamente el alcance de la nueva decisión, declaró el martes a Ecuador en “conflicto armado interno” e identificó a los grupos del crimen organizado como “terroristas y actores estatales no beligerantes”.
En el decreto se mencionan organizaciones delictivas como Los Choneros y Los Lobos, a las que pertenecen los dos líderes supuestamente fugados de la cárcel entre el domingo y el martes, así como Tiguerones, Lagartos o Águilas Killer, citados recurrentemente en episodios previos de violencia en el país.
El último decreto también ordenó a las fuerzas armadas ejecutar operaciones militares “para neutralizar a los grupos identificados”, respetando el derecho humanitario internacional.
¿QUÉ ORIGINA LA VIOLENCIA EN EL PAÍS?
Las autoridades ecuatorianas de los gobiernos actual y anteriores, de Guillermo Lasso (2021-2023) y de Lenín Moreno (2017-2021), sostienen que la violencia se originó inicialmente en las cárceles por disputas entre bandas criminales por el control de estos centros, así como de rutas nacionales e internacionales para la distribución de drogas.
También se atribuye a la lucha por el dominio de territorios para la venta local de estupefacientes.
Desde las cárceles, la violencia se extendió a las calles, afectando a la ciudadanía y sus negocios. Los gobiernos anteriores a Noboa también decretaron varios estados de excepción y toques de queda, en ocasiones en localidades específicas o en todo el territorio nacional, y otras veces en el sistema penitenciario, sin que cesaran los actos violentos hasta el momento.
Luis Hernández, exministro de Defensa, afirmó a The Associated Press que el asalto al canal de televisión revela que el crimen organizado “percibió la debilidad del Estado”, creyendo que podían llevar a cabo acciones para “atemorizar” al país y sumirlo en el pánico.
Hernández respaldó la declaración de “conflicto armado interno” por parte del presidente, que permite el “uso de la fuerza letal”. Añadió que es crucial enviar un mensaje claro a la población para no permitir que se someta “al miedo y al caos”.
Según el exministro, lo que busca el crimen organizado es que el Estado se rinda, algo que no debería permitirse.