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¿Cómo se llegó a una situación inédita en la isla? El grave desabastecimiento de combustible obligó a las autoridades del país a cancelar el conocido desfile del Día Internacional de los Trabajadores.

Miles de cubanos salieron el viernes a “festejar” el Día del Trabajador, una celebración pospuesta cuatro días por problemas “climatológicos” y que tiene este año un formato más reducido por las carencias de combustibles que golpean al país: la verdadera causa que obligó a postergar el festejo.

La conmemoración central de una de las más relevantes entre las efemérides de la dictadura caribeña también dejó su habitual sede de la Plaza de la Revolución —por donde desfilaban los sindicatos— y se trasladó al Malecón capitalino, al tiempo que otros mítines más pequeños se desarrollaron en cada municipio.

El grave desabastecimiento de combustible obligó a las autoridades cubanas a cancelar el muy celebrado desfile del Día Internacional de los Trabajadores, que se había fijado para el lunes. El evento generalmente atrae a cientos de miles de personas vestidas de rojo, ondeando banderas y pancartas en apoyo del socialismo y la Revolución cubana.

Pero este 1 de mayo, la Plaza de la Revolución en La Habana —en la que se erige una estatua gigante del héroe nacional de la isla, José Martí— no se pareció en nada a esa imagen.

En las últimas semanas, Cuba ha tenido problemas con la escasez de combustible en toda la isla causada por los proveedores extranjeros que no están cumpliendo sus compromisos, según ha dicho su presidente. La economía debilitada del país también ha dificultado que el gobierno importe sus propios diluyentes para refinar el crudo de baja calidad que recibe o para comprar crudo de mayor calidad que requiere menos refinación.

Cuba suele consumir entre 500 y 600 toneladas diarias de combustible, señaló a principios de este mes el presidente Miguel Díaz-Canel. Ahora, dijo, la isla tiene menos de 400 toneladas al día.